martes, 4 de agosto de 2009

EL MUNDO A 50 cm


Cuando observo a mi hija pequeña y veo como mira el mundo, pienso que se pasara por una cabeza de 14 meses.


Sentada en el patio, mira a los que tiene a su alrededor y pone cara de no entender nada de lo que hacemos. Supongo que será un handicap el estar mirando siempre hacia arriba. Todo es grande, esta a alturas inalcanzables, las personas los cogen, les dan vueltas, los giran, los achuchan y les hablan fuerte y repetitivamente (papa, mama, agua, guapa, ...).


Indudablemente se entera de todo, porque aunque solo dice unas palabras, te mira y hace lo que le dices y pide lo que quiere.


Supongo, que si todos nos detuvieramos a observar las cosas y a reflexionarlas un poco antes de hacerlas, nos iría mejor. Quizás, ese reflejo de pequeños lo vamos perdiendo cuando crecemos, adquirimos experiencia y finalmente pensamos que lo sabemos todo (o casi).


La inteligencia imagino que es un don innato en el ser humano, lo vamos desarrollando con los años, los estudios, la experiencia y la vida. Después, las prisas nos llevan a hacer cosas no muy acordes con ella.


Por algo el refranero español dice: "el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra".


Aprendamos también de nuestros pequeños.

No hay comentarios:

Publicar un comentario